Cuando amanece los 27 de noviembre, me invade un sentimiento contradictorio, indefinible, compartido seguramente por Irene y Nuris, las dos estudiantes que me acompañaron en la celda del reten de policía de San Carlos del Zulia y tal vez con dos señoras jóvenes detenidas por un pleito por un hombre, compañeras de celda por algunas horas, ya que ellas fueron soltadas por la situación reinante en ese año de 1992. Mientras nosotras, las universitarias, tuvimos que pasar tres noches y dos días y medio allí, pero no solas, ya que en la calle muchas personas del pueblo nos acompañaban día y noche. De vez en cuando se escuchaban las voces del otro grupo de detenidos, ubicados en celdas para hombres, que gritaban nuestros nombres para saber como estábamos. Y que puedo decir como estábamos, por dentro llevaba mucha impotencia y se que había terror entre mis compañeras de celda, estudiantes afuera, ellas acompañando a su profesora, así como yo les acompañe en tantas luchas por el ambiente y por la universidad. Pero en ese momento solo éramos un grupo ambientalistas confundidas por golpistas (válgame dios, yo golpista), por el hecho por estar desarrollando en esos días una campaña de recuperación ambiental de áreas publicas y elaboración de murales conservacionistas, apoyados por la universidad Sur del Lago (ex UNISUR) y por la comunidad, tanto comerciantes como gente del pueblo.
Particularmente nunca negué, ni negare mi naturaleza contestaría, combativa, nunca he huido de una justa protesta, siempre he considerado que la calle es la vía ganada por los pueblos para exigir el cumplimiento de sus derechos cuando se han agotado las instancias institucionales. Ya desde mis tiempos de liceísta formaba parte del movimiento estudiantil del Mathias Lossada (San Francisco), nuestras continuas luchas (con enfrentamientos con la policía) dieron como fruto una sede digna para la institución y como reconocimiento, el personal directivo decidió que nuestros títulos los recibiésemos en el edificio nuevo, aunque todavia la mudanza no había concluido y los trabajos de la edificación requerian de los ultimos detalles, pero no importaba, nos graduamos en el edificio que tanto sudor y lagrimas (por las bombas) nos habia costado.
Luego en la ilustrísima Universidad del Zulia, como estudiante de ciencias (FEC), marcamos pautas de luchas continuas por diversos problemas que poco a poco se fueron resolviendo y tanto las autoridades como los profesores fueron compartiendo nuestros sueños de una mejor Facultad Experimental de Ciencias, tanto así que los que anteriormente habían dado sus votos en el Consejo Universitario para hacer realidad nuestra expulsión de la institución (que luego de meses de protesta del movimiento estudiantil, revirtieron) se convirtieron en amigos y hasta en el caso del Dr Acosta Martinez, que en ese tiempo era el Secretario de Luz, cuando llegó a ser rector de Unisur, universidad en la que yo trabaja desde 1988, me convocó para que fuera parte de su equipo de trabajo. Esta responsabilidad la acepte con mas orgullo cuando el fallecido profesor le dijo al resto de mis compañeros, ... y pensar que esta negrita me hizo pasar momentos difíciles cuando era autoridad en LUZ pero se que las luchas de esos estudiantes eran justas... a lo que yo respondí algo como: pero también pasamos momentos de alegría como cuando juntos, movimiento estudiantil y autoridades de LUZ fuimos a protestar en Caracas para exigir al gobierno de Luis Herrera que respetara la autonomía y el presupuesto a las universidades y usted se nos acercó y marcho junto con nosotros, los estudiantes de ciencias....
Como profesora, siempre acompañe al movimiento estudiantil en sus luchas, como miembro del gremio profesoral. Tantas luchas y ninguna por sueldos, siempre para beneficio del proceso educativo. Tantos compañeros profesores aguerridos, algunos sacrificados ( como docentes) en aras de los acuerdos con los rectores de turno, cuando se tornaban difíciles las situaciones y teníamos que dar de ambas partes. Pero siempre, los que salían y los que nos manteníamos, sabíamos que lo importante eran los resultados en beneficio de los estudiantes.
Así que no voy a negar lo que ha sido la esencia de mi vida, ser como la gaita, protestona, pero lo que no he sido JAMAS es golpista, ni creo en entaparados, ni en la lucha armada, como muchos de los que hoy están en el gobierno, ex compañeros de luchas en LUZ. Lo mío siempre ha sido con la cara descubierta. Y en el 92 ni idea teníamos de un tal movimiento golpista, como todos los venezolanos, vi sus caras por la pantalla del televisor el 4F y luego el 27 N.
Lo paradójico de toda la confusión de la ex DISIP es que se originó por denuncias de los grupos de poder contra los cuales se dirigían parte de las protestas de los últimos años (antes del 92), estos grupos gobierneros vieron la oportunidad de salir de un montón de "ultrosos" como nos llamaban. Luego en el 2000, ya en el gobierno del golpista del 92, nos convertimos en los primeros discriminados laborales del régimen, ya que en honor a nuestra tradición combativa, nos enfrentamos a la corrupción moral y monetaria de las autoridades rectorales nombradas a dedo desde Miraflores, sin tomar en consideración a la comunidad. Y por supuesto, esos grupos de poder ya se habían convertido rápidamente en seguidores del golpista, defensores del gobierno. Que cosa, ellos se quedaron y nosotros (58 docentes) con más de quinientos ochenta años de experiencia educativa universitaria y legado a la Unisur y al Municipio Colon, pasamos a engrosar la lista de desempleados y de los trabajadores a los que este proceso les esquilmo sus justos beneficios.
Aun ahora, recuerdo esa terrible sensación en el estomago cuando allanaban mi hogar, trasladaban a la Disip y al reten y lo peor, llamar a mi familia y darle la noticia, aun con el colapso de las líneas telefónicas, pero también esta vigente esa brisa fresca del apoyo popular, de mis amigos, de los padres de los estudiantes detenidos, aun con las garantías suspendidas, de la comunidad universitaria, incluido el rector Andueza al cual tantas veces enfrentamos, del fiscal Gutierrez, allí con nosotros garantizando nuestras vidas, de los policías del reten (muchos eran mis alumnos), llevándonos comida, animándonos con sus conversaciones y a mi hermana, que se traslado desde Maracaibo con todo el peligro que ese viaje implicaba, de mi familia que tanto apoyo me dio, del gobernador Oswaldo Alvarez Paz que intermedio ante el Fiscal General y el Ministro del Interior, quienes de inmediato iniciaron los tramites para nuestra plena libertad. Y también, a pesar de la rabia del momento, de los funcionarios de la Disip, que en ningún momento nos vejaron ni maltrataron físicamente, del respeto con que fui tratada durante el allanamiento y los interrogatorios.
Y me pregunto ¿seria ahora así? estoy segura que no pero esto no podrá detenernos, tenemos que estar en la calle a conciencia de los riesgos, porque si nos escondemos en nuestras casas no tendremos derecho a ser llamados hijos de los libertadores, herederos de su gloria.
Así que en memoria de mis compañeros de lucha que ya han abandonado su vida terrenal, por todas las personas que siempre me han acompañado, por mi país, ...,tengan la seguridad que el 2 D saldré a VOTAR NO y de inmediato a la calle, a donde se forja el camino, aquel que debemos construir... como dice el poeta ....... NO HAY CAMINO SE HACE CAMINO AL ANDAR